La implantación de medidas de protección de datos es un requisito legal, pero también una responsabilidad ética y proactiva. La confianza de los clientes y socios comerciales depende de la seguridad de sus datos personales. Además, con la entrada en vigor del RGPD en Europa y regulaciones similares en otras partes del mundo, las organizaciones están obligadas a adoptar prácticas sólidas y homogéneas de manejo de datos bajo la amenaza de sanciones económicas significativas.
En un momento en que los mercados son cada vez más competitivos y la economía global es volátil, las sanciones por incumplimiento de las normativas de protección de datos pueden ser devastadoras. Las multas pueden ser para algunos -la inmensa mayoría-, imposibles de afrontar. Por lo tanto, la inversión en la correcta implantación y seguimiento, así como en la formación en protección de datos se convierte en una estrategia preventiva para evitar la pérdida de recursos y el daño a la imagen corporativa.
Dedicar tiempo y recursos internos para implementar y mantener actualizadas las políticas de protección de datos, pues recordemos que la normativa habla de PROACTIVIDAD para su correcto cumplimiento, puede resultar abrumador especialmente para aquellos con recursos limitados. Aquí es donde entra en juego la solución: externalizar la tarea de protección de datos a profesionales especializados, pues no solo asegura el cumplimiento normativo, sino que también permite a las empresas centrarse exclusivamente en lo que hacen mejor: su negocio principal y el monitoreo de sus operaciones.
Externalizar el servicio en expertos ofrece, en última instancia, la operativa del negocio sin temor a sanciones innecesarias.
Si está interesad@ en externalizar dicho servicio, nosotros le ofrecemos uno completo que cubre desde la evaluación inicial, hasta la implementación de medidas específicas y formación personalizada, garantizando un cumplimiento normativo impecable y una protección robusta de la información.