La Huella de Carbono describe la cantidad de emisiones de Gases de Efecto Invernadero emitidas de forma directa, o indirecta por una organización, producto o evento, a lo largo de su ciclo de vida, medida en toneladas de CO2 equivalente. Es el primer paso para poder trazar un plan de reducción medible cuantitativamente, en cualquier compañía, sea del sector que sea.
El cálculo de dicha huella permite a las empresas:
1. Obtener un elemento diferenciador al convertirse en organizaciones que deciden comprometerse con el medio ambiente y apuestan por el desarrollo de una actividad sostenible.
2. Identificar, por un lado, los procesos dentro de su propia organización que generan un impacto ambiental y las oportunidades para la reducción de emisiones de GEI. La mayor parte de ellas se derivarán de la reducción de consumos energéticos y por tanto se obtendrán ahorros económicos.
La metodología que se utiliza es la que regula el programa Calcula, Reduce, Compensa, regulada por el Ministerio para la Transición Ecológica. Al realizar la huella con esta metodología, permite que las entidades que la calculen, sean registradas y puedan utilizar el distintivo y sello del programa del Ministerio en sus comunicaciones, obteniendo un beneficio desde el punto de vista de la responsabilidad social empresarial. Se trata de un sistema oficial a nivel nacional que, valida los esfuerzos de dicha empresa por calcular y reducir sus emisiones, y así podrá ser publicitado por la propia empresa.